Características del arte de Asia Menor
ARQUITECTURA:
No dispondrán de piedra
como en Egipto, por lo que habrán de recurrir a aquello que tienen
mas cerca y en mayor cantidad: el barro. Con este material realizaban
pequeñas piezas en forma de cuña que, debido a sus dimensiones, no
se disponen de formas adinteladas, sino radialmente, naciendo, de
este modo, el arco y, por extensión la bóveda. Las primeras
construcciones se realizaban con barro son los conjuntos templarios,
gobernados por la figura del monarca-sacerdote. Muchos de estos
templos debieron ser rodeados por una muralla cuyo interior se
elevaba sobre una plataforma el templo propiamente dicho. Algo más
tarde aparecen el zigurats o torres escalonadas que consistían
en un grueso núcleo macizo de plata cuadrada o rectangular con
paredes en taud, sobre la que se elaboraban terrazas sucesivamente
más pequeñas , a las que se accedían mediante rampas, Todo el
conjunto estaba culminado por una ''capilla''. El mejor conservado es
el zigurat de Ur (2100 a.C.) existe una tendencia manifiesta a
la verticalidad, en un intento, quizás, para comunicarse con la
divinidad.
ESCULTURA:
De un primer momento se
conservan mazas, vasos, placas decorativas con relieves y algunas
esculturas exentas. Muchas de las placas tienen un orificio
para poder ser adosadas a las paredes de los templos, están
decoradas con escenas religiosas o bélicas, esta última realizada
con la finalidad de amedrentar a quien las observe.
Las esculturas
exentas son de pequeño tamaño y canon corto. Se emplean tanto
la piedra como el metal, y representa orantes de grandes ojos sobre
basamentos, o bien figuras sentadas con las manos sobre el pecho
señal de oración, con el torso desnudo y la parte inferior del
cuerpo cubierta con un faldón realizado con vellones de lana,
característico de la industria sumeria. En el periodo Neosumerio se
repetirá insistentemente la imagen de Gudea de Lagash,
realizada en piedras duras. El monarca aparece vestido con una toga,
un bonete y con las manos juntas sobre el pecho. Este personaje
irradia una placidez y dulzura de la que van a carecer los monarcas
asirios.
Se siguen haciendo
estelas, como la de Ur-Nammu, encontrada en el recinto del zigurat
de Ur. Está decorada por los dos lados con escenas en las que el
monarca aparece con toda su majestuosidad cometiendo al enemigo y
siendo exaltado como constructor.
ARQUITECTURA EN EL
PERIODO ACADIO:
Se restablecieron
algunos templos construidos por los sumerios introduciéndose
importantes reformas, al mismo tiempo que se realizaron otros de
nueva planta, especialmente palacios de forma cuadrangular rodeados
por potentes murallas que podían llegar a tener hasta diez metros de
espesor. Al interior se podría acceder por una única puerta de
carácter monumental tras la que se encontraba un gran patio en torno
al que se disponía las habitaciones.
ESCULTURA EN EL PERIODO
ACADIO:
Se conservan menos
restos de escultura acadia que sumeria, pero los que nos quedan son
verdaderamente notables. Un buen ejemplo son algunas cabezas
masculinas y figuras femeninas tratadas toscamente. En bronce se
conserva la cabeza del monarca Naram-Sim -algunos autores consideran
que pertenece a Sargón II-, hoy en el Museo de Iraq (Bagdad), obre
realizada en torno al año 2250 a.C. En ella, los rasgos faciales
aparecen representados con gran detalle y los cabellos están regidos
con un curioso tocado.
Dentro del grupo de los
relieve cabe mencionar la estela de Naram-Sim, también fechada en
torno al 2250 a.C., la cual forma parte de un conjunto que podríamos
denominar estelas de la victoria, puesto que servían para destacar
la figura del rey que sometía a los enemigos. En ellas se introducen
algunas novedades de carácter estético como el tamaño jerárquico.
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