Arte de Teotihuacán. Parte 2
Destacando
el Templo de Quetzalcoatl, los paramentos de cada uno de los cuerpo
piramidales se componen de un amplio tablero vertical limitado por
grandes franjas o cornisas, en cuyo interior se desarrolla un relieve
del que surge de trecho a trecho , verdaderas esculturas de bulto; y
de un talud inferior en la que hay también relieves. En estos
espacios se mezcla lo simbólico con el naturalismo más violento y
la esquematizacion geométrica. En los taludes y en los tableros
podemos encontrar serpientes (Quetzalcoatl) o dragón que emergen de
una flor abierta, la cabeza de la divinidad.
En
la escultura debemos destacar la escultura de Chalchiuthlicue,
que representa con su gran tamaño, la máxima expresión del arte en
esta civilización. Esta realizada en un bloque prismático,
trabajado en relieve, es deshumanizada, escueta, hierática,
silenciosa, profunda.
Pero
son las máscara lo más característico de todas las culturas de
México Antiguo. Es evidente que la máscara está ligada al ritual y
al culto de los muertos. La máscara puede ser una representación de
la divinidad o de un espíritu, transmite al individuo que la lleva
todo el poder y las cualidades de aquella. Además la máscara es la
representación ideal del muerto, y la cual identifica a su propio
linaje.
En
la mayoría de las máscara hay un esfuerzo por aplanar el rostro,
dando la impresión de un aspecto casi bidimensional. La mayor parte
de las máscaras de Teotihuacán están realizadas (talladas) en
piedras finas como serpentina, jadeita, etc., en ocasiones se
enriquecía introduciendo conchas., obsidiana, nácar, etc. Por lo
que se observan en estas máscaras es que siguen un patrón semejante
en cuanto al diseño general: predominan las líneas horizontales
sobre las verticales, el plano frontal es de una tersura
extraordinaria y termina en un arco superciliar que queda
representado generalmente por una línea muy neta y fina, labios y
nariz muy realistas que resultan impersonales. La máscara no es un
retrato sino un concepto.
Además
también tenemos figuras de jade o serpentina, cuya tradición es
claramente Olmeca. Suelen presentar una cabeza desproporcionada, de
rasgos hieráticos, gran sombrero o turbante, destacadas orejeras y
un cuerpo más bien esquemático pero extraordinariamente pulido.
De
forma general las esculturas teotihuacanas presenta hieratismo,
geometría, estatismo, frialdad y rigidez conceptual; la pintura
mural por el contrario es movimiento. Acción, vivacidad,
expresividad, dinámica, pero aunque los conceptos sean los mismos,
igual la ritualización y el lenguaje simbólico de formas y colores.
Podemos decir que la estructura representa un lenguaje formal
preciso, estricto.
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